Arriesgándose a despertar la ira de la abuela, Quetzalcoatl se acercó a Mayahuel y por fin, la convenció de huir con él. En el camino, los dioses quedaron perdidamente enamorados y lo dejaron todo para vivir su amor eterno.
Pero la felicidad no duraría mucho, pues los hermanos de Mayahuel les habían seguido el paso, a lo que la diosa decidió que se ocultaran tomando la forma de su preciada planta.
Sus hermanos los encontraron; y aunque al principio solo pudieron ver rocas y plantas, fueron capaces de identificar a Mayahuel, destrozandola en su forma de planta.
Profundamente dolido, Quetzalcoatl tomó los restos de su amada y los enterró. Pasó días enteros llorando sobre Mayahuel, hasta que gracias a la tierra y las lágrimas del dios, ésta recobró la forma de la planta sagrada, convirtiéndose en lo que hoy conocemos como la planta del agave, el maguey, que desde entonces ha nutrido a las mujeres y los hombres con su néctar.
Hoy, podemos disfrutar de bebidas espirituales, y los extensos paisajes de agave que han logrado fama más allá de las fronteras.
Tomado de: https://www.mexicodesconocido.com.mx/la-leyenda-del-agave-y-su-historia-en-mexico.html